Azucena Rodríguez

 

¿Qué pone en la pizarra, profe? Si la pizarra no está lo suficientemente cerca, habrá niños que tengan una gran dificultad para copiar las explicaciones del profesor. Sin embargo, los chavales que tengan un déficit visual pueden ver salvada su dificultad gracias a la utilización de las nuevas tecnologías.

Este es el objetivo del proyecto "Estudiar el impacto de las pizarras digitales interactivas en los alumnos con discapacidad visual", presentado el pasado día,18 de febrero, en el País Vasco, por el Instituto de Acción Social de Fundación Mafre en Colaboración con la Asociación Guipuzcoana de Deficientes Visuales (AGI).
Mediante el mismo, se dotará a niños con déficit visual de pizarras digitales para que, tras su utilización, se pueda evaluar si ha mejorado o no su rendimiento académico.

Es precisamente en el ámbito escolar donde se deben atender las características diferenciales de estos alumnos, suministrándoles materiales para favorecer su acceso al curriculum. Normalmente, el niño construye su conocimiento del medio que le rodea a través de estímulos visuales. Pero para el que tiene ceguera, esta información espontánea del mundo exterior queda reducida, deformada y necesita de otros sentidos, como el oído, el olfato o la información que puedan suministrar otras personas para conocer el entorno.

En este sentido, es fundamental la dotación de equipos como:

• máquina de braille (tanto hablado como escrito),
• libro hablado,
• calculadora parlante,
• caja de matemáticas,
• ábaco chino, etc.